SAN ANTÓN. Patrón de los animales.
El día 17 de enero, se celebro el día en que nuestros animalitos reciben su bien merecida bendición. Sin embargo, hoy es cuando en Mutxamel, donde reside Agility Gos Escuela Canina, festejan su celebración.
Gran mañana, en la cual se nos ha deleitado con la magia y la inocencia que poseen nuestros fieles amigos los animales. Recubriendo las calles de pasos de caballos luciendo bellas melenas, canes de todos los tipos con sus colas alzadas al viento, batiendo la felicidad que poseía el ambiente, reptiles exóticos extrañados, animales de granja, portadores de recuerdos de grandes tiempos.
Con todo ello Mutxamel, a hecho nombre a tal día. Aunque la esencia del club no ha podido estar presente, ya que nuestro presidente estaba hoy en Almussafes, compitiendo en agility con Ares ( border collie) una gran potencia de can.
DESDE AQUÍ, NUESTROS MEJORES DESEOS PARA ELLOS.
Aun así, algunos de nuestros socios han llevado a sus canes a ser bendecidos, presenciando el día de hoy , degustando a su vez el pequeño bollo entregado como obsequio.
Pero, seguro que os preguntáis quien fue San Antón.
San Antonio nació en una población del alto Egipto, al sur de Menfis, el año 251. Sus padres, que eran cristianos, le guardaron tan celosamente durante sus primeros años, que Antonio creció en una ignorancia absoluta de la literatura y no conocía otra lengua que la propia. A la muerte de sus padres cuando Antonio tenía veinte años, heredó una considerable fortuna.
Seis meses después, oyó leer en la iglesia las palabras de Cristo al joven rico: «Ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y poseerás un tesoro en el cielo». Sintiéndose aludido por esas palabras, Antonio volvió a su casa y regaló todo lo que poseía, retirándose a la soledad, siguiendo el ejemplo de un anciano ermitaño de los alrededores. De este modo, Antonio se convirtió pronto en un modelo de humildad, caridad, espíritu de oración y otras virtudes.
Se cuenta, que un cuervo, le llevaba mendrugos de pan, también se narra la historia de una jabalina, la cual porto a sus rayones enfermos de ceguedad, a los cuales San Antonio Abad sanó. Así la jabalina se quedo y lo defendió de los peligros que le acechaban.
Los filósofos paganos que iban a discutir con él, volvían admirados de su mansedumbre y sabiduría. Como cierto filósofo le preguntase cómo podía pasar su vida en la soledad sin tener ningún libro, Antonio le contestaba, que la naturaleza era su gran libro y que ése suplía a todos los otros. En otra ocasión, al ver que ciertos filósofos se burlaban de su ignorancia, les preguntó con gran sencillez si había que preferir los libros al sentido común o más bien al contrario, y cuál de estos dos bienes había producido al otro. Los filósofos respondieron: «El sentido común». «Pues bien, -les dijo Antonio-, eso significa que el sentido común basta». (Información extraída de Wikipedia)
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